Historia de la Biblioteca
Origen
La Biblioteca Nacional de Guatemala "Luis Cardoza y Aragón" fue fundada por el decreto promulgado el día 18 de octubre de 1879 y abierta al público en 1880 en el edificio de la Sociedad Económica.
En 1918, la Biblioteca Nacional se trasladó al Salón Mayor de la Universidad de San Carlos de Guatemala en la novena avenida de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala tras los terremotos de 1917-1918. Desde entonces fue traslada varias veces hasta que finalmente se estableció en la sexta calle, entre cuarta y quinta avenidas de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala en septiembre de 1957.
Fue fundada por el gobierno del general Justo Rufino Barrios y según el acuerdo de fundación, la Biblioteca funcionaría en “uno de los salones más adecuados del edificio de la Sociedad Económica” “y sus primeros volúmenes serían los de la propia Sociedad, así como los existentes en las bibliotecas particulares de la Universidad, la Escuela Politécnica, la Escuela de Artes y Oficios y los pertenecientes a los extinguidos conventos”.
Al disolverse la Sociedad Económica por disposición gubernativa de fecha 20 de abril de 1881, su local fue ocupado por la Representación Nacional y la Biblioteca pasó entonces al edificio en donde hasta entonces había funcionado la Asamblea.
Al disolverse la Sociedad Económica por disposición gubernativa de fecha 20 de abril de 1881, su local fue ocupado por la Representación Nacional y la Biblioteca pasó entonces al edificio en donde hasta entonces había funcionado la Asamblea.
Reglamento:
El 27 de octubre del mismo año en que se fundó, el Gobierno emitió un reglamento, por medio del cual se reglaba la forma en que la Biblioteca desplegaría sus actividades. En ese Reglamento compuesto de 14 artículos, hay disposiciones que se establece que dependerá del Ministerio de Instrucción Pública y que se dividirá en cinco secciones a saber: Derecho, Medicina, Ciencias Físico – Matemáticas, Humanidades y Miscelánea.
En la sección de Derecho correspondería: Derecho Patrio, códigos y leyes extranjeras, disertaciones de jurisconsultos, Derecho Canónico Natural y Romano, Derecho de Gentes, Público y Administrativo, Práctica Forense, Economía Política, y en general todo lo comprendido bajo la denominación de Ciencias Políticas y sociales.
La sección Médica debía comprender: Historia natural, Anatomía, Fisiología e Higiene, Patologías, Materia Médica y Terapéutica, y todo aquello que estuviera enmarcado dentro de la denominación de ciencias médicas.
La rama tercera debía ocupar: Matemáticas, Astronomía, Física, Química, Mecánica, Meteorología y todo lo que se comprenda en la denominación de ciencias exactas puras o aplicadas.
A la cuarta sección: tratados sobre idiomas muertos y vivos. Literatura, Filosofía, Geografía e Historia, Retórica y Poética: y finalmente, en la sección de miscelánea debían incluirse las enciclopedias, los periódicos, las relaciones de viajes, industria, bellas artes, novelas y demás obras que no estén comprendidas en las anteriores ramas.
En la sección de Derecho correspondería: Derecho Patrio, códigos y leyes extranjeras, disertaciones de jurisconsultos, Derecho Canónico Natural y Romano, Derecho de Gentes, Público y Administrativo, Práctica Forense, Economía Política, y en general todo lo comprendido bajo la denominación de Ciencias Políticas y sociales.
La sección Médica debía comprender: Historia natural, Anatomía, Fisiología e Higiene, Patologías, Materia Médica y Terapéutica, y todo aquello que estuviera enmarcado dentro de la denominación de ciencias médicas.
La rama tercera debía ocupar: Matemáticas, Astronomía, Física, Química, Mecánica, Meteorología y todo lo que se comprenda en la denominación de ciencias exactas puras o aplicadas.
A la cuarta sección: tratados sobre idiomas muertos y vivos. Literatura, Filosofía, Geografía e Historia, Retórica y Poética: y finalmente, en la sección de miscelánea debían incluirse las enciclopedias, los periódicos, las relaciones de viajes, industria, bellas artes, novelas y demás obras que no estén comprendidas en las anteriores ramas.
Ubicaciones:
Es cierto que el gobierno de Barrios fundó una Biblioteca pero también es verdad que desde hace 78 años, esa biblioteca no había sido dotada de un local acorde con su jerarquía. Del edificio de la Asamblea fue trasladada como consecuencia de los terremotos de 1917 a la casa que hoy ocupa la Escuela de Artes y oficios Femeniles, frente al parque Morazán. Más tarde por diferentes circunstancias, se ve el Gobierno en la necesidad de colocar sus anaqueles en el salón que da a la 10ª. Calle.
Edificio Actual
El majestuoso edificio de la Biblioteca Nacional, ubicado entre las mismas calles pero sobre la 5ª. Avenida es más grande que el del Archivo y sus estructura se yergue desde hoy como un símbolo de progreso dentro del aspecto ornamental de la ciudad.
Durante los primeros años no pudo conseguirse ninguna aceleración en la construcción y los trabajos hubieron de suspenderse en 1951 por el término de seis meses.
No fue sino después de nueve años, cuando se ha vuelto realidad el diseño arquitectónico y estructural elaborado por los ingenieros Rafael Pérez de León y Enrique Riera.
Un Sótano y Dos Pisos:
El nuevo edificio que es línea recta, es lo suficientemente espacioso y en él resultará muy pequeña nuestra biblioteca. En el sótano funcionarán la hemeroteca y la recepción y desinfección de libros, dos depósitos destinados a la reparación de obras, tres bodegas, un catálogo unido, una biblioteca infantil, un cuarto de transformadores, las habitaciones del guardián y dos servicios sanitarios completos.
El primer piso cuyo enorme pórtico está adonado con mármol extraído de las ricas vetas de San Juan Sacatepéquez, tiene a los lados de sus entradas seis murales con motivos mayas, pintados por el artista Antonio Tejeda.
Al entrar, un espacioso lobby es lo primero que el público encuentra. En lugares adecuados han sido colocados los mostradores de préstamo de libros así como escritorios y ficheros también en este piso están las oficinas destinadas al director, la secretaría, la sala de oficiales, una mapoteca, dos grandes salones de lectura, dos cuartos de limpieza y tres servicios sanitarios.
Cabe mencionar que los dos grandes salones de lectura, están colocados uno sobre la 7ª. Calle y el otro sobre la 8ª y que ambos tienen de su tamaño – 360 metros cuadrados cada uno – tienen suficiente iluminación natural y artificial. Se estima que por lo menos 100 personas podrán dedicarse a leer con toda comodidad cada uno de ellos.
En el segundo piso se han localizado dos grandes salas que dotadas de las divisiones civiles indispensables, servirán para las colecciones especializadas, se encuentran también allí la galería de exposiciones, un elegante salón de actos y dos servicios sanitarios.
Nueve Pisos en Total
En una serie de 9 pisos construidos hacia el fondo, están los depósitos de libros los cuales consisten en estanterías metálicas confeccionadas especialmente y que tienen capacidad para un total de 33,000 volúmenes pudiendo ampliarse a 400,000.
Un monta – cargas automático recorrerá los nueve pisos, facilitarán la tarea de bajar y llevar los libros. Un elevador ha sido colocado en esta misma sección para el servicio de las personas
Costo Total:
Al momento de su inauguración la Biblioteca Nacional ha costado al estado la suma de Q750.000 los que reparten en nueve años de trabajo en los que se elaboraron un promedio de 150 trabajadores. La contabilidad seguida en esta obra durante el largo período de su construcción, indica que el Archivo y la Biblioteca –producto de un mismo proyecto – cuestan Q1.250.000 dado que la parte del Archivo acusó una erogación de Q500.000
Historia de la Biblioteca
Reviewed by Phossil
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10:55:00 a.m.
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